Octava Parte

De los sonidos aburridos de un edificio, el sonido del ascensor debe ser el que se lleva el premio por aburrido. Sin embargo en ese momento a mí me dio miedo. Yo tenía pila de ganas de estar solo y disfrutar de mi soledad y de esa especie de adrenalina de estar observando algo que capaz que hasta era un acto criminal o qué se yo. Pero ta. El ascensor se detuvo exactamente ahí mientras yo trataba de pensar una excusa de por qué yo estaba ahí, ya que en realidad en esa parte del edificio solamente andaba la gente que hacía el mantenimiento y la limpieza. Y una vez, me acuerdo que también vinieron de una empresa de fumigaciones porque teníamos una invasión de cucarachas impresionante. En aquel momento vivía con Eduardo y Daniela y las cucarachas habían hecho nido en el motor de la heladera, ¡era un asco! Cada vez que Dani corría la heladera para limpiar, teníamos que salir desbandados a pisar las cucarachas para que no se esparcieran por todo el apartamento. Yo era muy sucio en aquellos días, mi pieza era un hervidero de ropa tirada y libros de la facultad, creo que todas mis cosas olían a humedad o a encierro. Quizás era porque yo mismo vivía una especie de encierro, como que me había enclaustrado para que mi familia no me jodiera pero me pasé de rosca. Ya casi ni salía. Pasaba muy bien con Dani y Eduardo, comíamos juntos, hablábamos de nuestras parejas y organizábamos pequeñas fiestas en el apartamento, pero yo trataba siempre de quedarme en mi cuarto tratando de meterle a la facultad, comiendo libros como loco, ¿y para qué me sirvió? Para nada. Al final terminé agarrando el laburo en el primer barco que pude y me pasé de un encierro a otro sin terminar la facultad, sin tener una pareja estable, sin objetivos en la vida y completamente a la deriva. Cuando se abrió el ascensor, un tipo canoso con una mochila raída me dijo "Buenas noches" y entró al cuartito de servicio sin darme más pelota. ¡Cómo el miedo nos hace exagerar, eh! Sentí como un alivio y allí mismo me bajó un cansancio capaz que del miedo o los nervios. Apagué el televisor, me calcé las pantuflas y me fui a la cama. En la mesa quedó media milanesa sin tocar, cuatro o cinco papas fritas y la botella de Coca-Cola vacía. Una vez mi madre me dijo que lo bueno de tener una esposa era que te ayudaba a limpiar la casa y a poner las cosas en orden. Re machista la vieja. La cuestión es que dormí toda la noche de corrido y me levanté como si nada, como si estuviera recién bañado y pronto para cualquier cosa. Cuando calcé las manos atrás de la cabeza pensando que todo estaba bien y pintaba mejor, sonó el celular y era equivocado. Una señora llamando a una farmacia. No me cambió el humor, digamos, pero no me gustó. Capaz que soy re sensible y cualquier pelotudez me cambia el humor, pero no me gustó. Me lavé enérgicamente los dientes. Quería ponerle color al día, sentir aromas ricos, sabores fuertes, y se me ocurrió salir esa noche. ¿Por qué no? Era viernes. Los viernes la gente sale. Aprovecha para romper con la rutina, aunque digan que salir todos los viernes es rutina, pero eso lo dicen los cortos de mente que tratan siempre de encontrarle el pelo al huevo o la quinta pata al gato. Para mi estaba bueno salir ese viernes, medio empedarme y aprovechar que me sentía bien para desbarajustar todo lo vivido en la semana, que fue bastante pesadita. Y el sábado despertar medio zombi y capaz que con una minita al lado. Sonó el celular otra vez. Si es la señora le voy a decir una pavada. Pero no, el número es el de procuraduría, así que es la autoridad. El supervisor interino me llama para preguntarme por mi salud porque vamos a trabajar el fin de semana en Canelones norte. ¡A la mierda fin de semana! Mientras hablaba con él me metí al baño a mear, ¡estaba con una calentura! Y cuando tiré la cadena, pensando en que él iba a oír el ruido y era medio que como un insulto, en el fondo del inodoro vi una cosa negra como pegada, casi como un tatuaje de esos medio tribales. Cuando el agua con orín dejó de bullir yéndose, miré bien y era un dibujo hecho en la losa. Una especie de escudo con una flor de lis y dos espadas atrás... ¿Qué mierda?